Cuatro generaciones
y un mismo espíritu

En el ocaso del siglo XIX, un flujo de pobladores de las regiones montañosas de La Rioja se aventuró hacia el valle en busca de mejores horizontes. En este contexto, Catalina Martínez optó por abandonar su apacible pueblo en las colinas para establecerse en Uruñuela, inmersa entre viñedos y en el corazón de la región vinícola de La Rioja Alta.
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